lunes, 29 de julio de 2013

¡¡Bicicleta!!

Hoy es lunes 29 de julio.

Hace 57 días que me operaron. Exactamente ocho semanas.

Hoy por primera vez he podido subirme a una bici estática en rehabilitación.


Es una sensación curiosa porque al principio parece que la rodilla se va a descoyuntar o a desmontar o algo. Supongo que es por la falta de costumbre de doblarla con la fluidez necesaria para pedalear, que en el día a día una tiene la sensación de ser un mecano, o un muñequito de animación, con movimiento espasmódico en vez de continuo.

También es una sensación algo deprimente, porque a los quince minutos estaba pidiendo árnica y descanso y no por la rodilla sino por la musculatura. Hay que ver lo rápido que se pierde el tono muscular y lo que cuesta recuperarlo.

En cuanto a la extensión, ya está completa. Y la flexión... me faltan tres dedos para tocarme el culo con el talón (con zapatillas, que descalza falta más) pero no me preocupa mucho, ya llegará. 

Mi fisio está de vacaciones y me han asignado otro. Es un encanto de persona, me cae bien. Además, con toda la pinta de brutote que tiene es de lo más delicado y atento. 

Estoy contenta. Se van viendo progresos y cada día que pasa es un día menos que queda para volver a estar bien. Lo que pasa es que se hace eterno y pesado y cada vez que pienso que tengo hasta octubre por lo menos, me da algo.

Por otro lado, como no molesta y no duele demasiado, a veces me creo que puedo hacer cosas que no puedo. Estar de pie quieta en el mismo sitio más de cinco minutos es muy doloroso y cuando me quedo sentada un rato me cuesta ponerme en marcha otra vez. 

Yo sólo pido que el buen tiempo siga durando un par de meses, que sé lo que puede llegar a doler una operación de éstas cuando se pone a llover.

Y eso es todo de momento. Nada más que contar. Mañana más y mejor, seguro.



viernes, 19 de julio de 2013

Séptima semana (Días 40 a 46)



Hoy es viernes otra vez, 19 de julio.

Acabo de terminar la primera etapa de la recuperación. A partir de hoy me libro de las muletas y puedo andar normalmente.

La semana ha sido tranquila y sin sobresaltos. La rodilla va mejor que bien, ya se dobla casi a fondo, se estira mejor que la otra y voy recuperando el tono muscular.

Subir escaleras es difícil pero es posible si hay una barandilla para agarrarme. Bajarlas, de momento, es imposible, así que escalón a escalón. Pero no hay prisa. De lo que sí tengo ganas es de poder empezar a hacer otros ejercicios como bici, elíptica o remo y, por supuesto, correr y saltar.

Intento tomármelo con calma y paciencia y la mayor parte de los días lo consigo. Eso no quiere decir que no tenga mis pequeños momentos alicaídos, pero no duran demasiado.

Una parte de la recuperación del tono muscular se hace con electroestimulación.

La electroestimulación consiste en enviar impulsos eléctricos a los músculos para que se contraigan como cuando reciben un impulso nervioso. Cuando un músculo está atrofiado por falta de uso como en el caso de una lesión, la electroestimulación lo hace trabajar sin forzar las articulaciones y los tendones. Es útil y un avance en la recuperación de lesiones. 

Hace unos años me compré un electroestimulador Compex Performance. Lo quería sobre todo por los programas analgésicos y endorfínicos. Los deportes de contacto te dejan a veces dolorido y es un alivio contar con un cacharrito que hace que los dolores desaparezcan.



Tengo que reconocer que ahora mismo me es útil. Una sesión diaria del programa amiotrofia durante tres semanas y una sesión diaria del programa remusculación desde entonces. Mi pierna vuelve a parecer casi normal y voy confiando en ella cada vez más a la hora de andar, de doblarla y de apoyar mi peso.

Sigo trabajando en ello y se nota que cada día me puedo mover más y mejor. Dentro de poco estaré de vuelta en el gimnasio y poco después en los tatamis. De momento a seguir con mi rehabilitación, mi fisioterapeuta y mis sesiones de "electro" y en nada a corretear por ahí...

Para @harmanKO, del club de las rodillas rotas :-)

viernes, 12 de julio de 2013

Días 23 a 39

Hoy es viernes, 12 de julio.

Llevo tres semanas yendo a rehabilitación día sí, día no.

El otro día decía en Facebook que, a veces, lo único que pasa entre el "buenos días" y el "buenas noches" son catorce horas interminables. Así han sido las últimas semanas, muy rutinarias.

Lo mejor que ha pasado estos días ha sido que por fin me he librado de una muleta. Ya tengo una mano libre para hacer cosas y eso es todo un mundo de diferencia.


La rodilla va bien. Hace lo que tiene que hacer. Se dobla, se estira, se van fortaleciendo los músculos de la pierna, que han pasado de no estar a volver un poquito y cada día más.

La rótula se mueve bien, aunque eso no quita para que no proteste cuando mi fisio me la maltrata, pero es por guardar las formas más que por otra cosa. ¡Qué sería de los fisios si los pacientes no nos quejáramos un poquito!


Estoy a unos pocos grados de poder tocarme el culo con el talón. Duele al doblarse, pero no demasiado. Y además es un dolor que no me persigue después durante horas, sino que desaparece bastante rápido.


Apenas uso hielo ya. Sólo alguna noche y porque molesta aunque no sé muy bien por qué. Aparte de eso, las noches se han vuelto mucho más amables. Sigo durmiendo a trozos porque cada vez que me muevo me despierto, pero apenas me entero, sólo me doy la vuelta y sigo soñando.


Creo que la semana que viene por fin me libraré de la otra muleta. Ya podría conducir si quisiera y puedo coser a máquina sin que me den pinchazos en la rodilla (Sí, mi pie de coser es el izquierdo. Con el derecho no me apaño igual de bien). Con suerte y si todo va bien, dentro de poco podré subirme a una bici y empezar a hacer algo más de ejercicio. A ver si recupero el tono muscular para el invierno, que me he quedado toda blandita.

Aunque se van cumpliendo los plazos, esto se está haciendo eterno. Echo de menos mi vida normal, a mi perro, mi trabajo y mis cosas. Aprovecho el tiempo para coser, ver películas y leer todos esos libros que tenía pendientes, pero no es lo mismo. 

Y eso es todo, no hay mucho más que contar... 

Ahora que lo pienso, sí que hay un par de cosas dignas de mención.

La primera, que ayer jueves estaba hablando con un amigo del cole*, alguien con quien no tenía contacto directo desde hacía años. Estaba tan contenta y tan distraída, que me puse a pasear por el salón con el teléfono en la mano y se me olvidó la muleta. Cuando me quise dar cuenta estaba andando tan a gusto yo solita y sin cojear. Cada día estoy más convencida de que el miedo hace mucho en los procesos de recuperación, pero eso da para otro post entero.

La segunda... tengo que explicar que suelo tener sueños muy realistas y que normalmente me acuerdo de lo soñado. Aunque se me pierdan los detalles, me acuerdo casi siempre de las líneas generales. 

Antes de que me operaran solía andar, pasear, correr y entrenar en sueños. Tenía una actividad nocturna intensa y divertida. Después de la operación he dejado de andar, correr, pasear y entrenar hasta en sueños. Ahora siempre estoy sentada o tumbada en algún sitio. Ojo, que no quiero decir que sean historias desagradables o pesadillas, pero ya no ando. Hace un par de noches estaba soñando con una playa y unos amigos. En un momento dado se iban todos al agua y yo me quedaba en la arena mirando. Es curioso que las circunstancias reales afecten de esa manera a los sueños.


*Gracias a Rafa por leerme, por recordarme que hacía mucho que no actualizaba el blog y por alegrarme el día.