lunes, 28 de mayo de 2007

Cabreadísima


Si en algo solemos estar todos de acuerdo, es en que los valores personales de cada uno son una mezcla de lo que hemos vivido en nuestras familias con experiencias posteriores.

En mi caso, mi sistema ético, mis valores y mis creencias derivan directamente de lo que me enseñaron en casa cuando era niña. A esa concepción del bien y del mal le he ido agregando capas con el tiempo, pero los “mandamientos” no han cambiado desde que tengo uso de razón. Mis padres me enseñaron que votar es el derecho y el deber más importante que tienen las personas pertenecientes a un país democrático. También me contaron que la lucha por ese derecho es una de las más importantes que puedan existir, puesto que la democracia otorga al poder al pueblo. De hecho, me hicieron sentir, la primera vez que tuve edad para ir a las urnas y coger mi propio voto en la mano, que yo tenía la capacidad de cambiar las cosas. Puede que sea una romántica, pero todavía se me encoge el corazoncito cuando veo que mi voto se une a los demás para, juntos, formar gobierno. Un gobierno elegido por la gente.

Cada cuatro años se pregunta a todos los ciudadanos cómo desean que se hagan las cosas, y cada cuatro años respondemos todos juntos. Cada uno con su particular concepción de las cosas, pero juntos.

Ayer muchos españoles nos reunimos delante de las urnas para decidir quién legislará y gobernará en nuestros ayuntamientos y comunidades autónomas.

Muchos, pero no estábamos todos. Sólo fuimos el 63,78% de los españoles . Casi cuatro puntos menos que en 2003. Eso quiere decir que al 36,22% de los censados no le importa lo que pase en sus comunidades y municipios. Eso quiere decir que faltaron a la cita 12.773.269 personas. DOCE MILLONES SETECIENTOS SETENTA Y TRES MIL DOSCIENTOS SESENTA Y NUEVE españoles no se sienten comprometidos con su país como para desplazarse a un colegio electoral o votar por correo.

Doce millones setecientos setenta y tres mil doscientos sesenta y nueve españoles que no podrán quejarse de cómo funcionan las cosas, pues no han querido ejercer su derecho a decidir. Doce millones setecientos setenta y tres mil doscientos sesenta y nueve españoles que no podrán esgrimir el viejo argumento del hastío, o del desengaño de las instituciones pues ni siquiera han querido participar en el proceso de constitución de sus gobiernos.

Doce millones setecientos setenta y tres mil doscientos sesenta y nueve euros, uno detrás de otro, son 294 kilómetros de euros, de gotas de agua son algo más de 51 litros. Son muchos. Son demasiados.

sábado, 26 de mayo de 2007

Paris, la ville des touristes


Je viens de passer un WE à Paris. Bon, soyons honnêtes, pas vraiment à Paris, mais sur le campus de la HEC. Je n’ai pas pu passer trop longtemps en ville, puisque ce n’était pas le but de la visite, mais j’ai réussi quand-même à aller boire une bière en face de Notre Dame. Chose que je tiens à faire à chaque fois que je visite la ville, même si c’est un piège à touristes. Je trouve fantastique pouvoir m’assoir sur une terrasse et siroter une 1664 tout en détaillant les gargouilles qui peuplent les murs extérieurs de la cathédrale.

Vu que je n’avais pas beaucoup de temps, je me suis juste baladée sur les quais de la Seine, du quai de la Grenelle à l’Île de la cité et retour, puisqu’on avait une réunion dans un centre de congrès.

J’aurais bien aimé visiter le musée d’Orsay et me recueillir devant les portes de l’enfer de Rodin, mais c’était la nuit des musées, et il y avait tellement de monde que j’ai refusé de faire les quatre ou cinq heures de queue nécessaires pour y rentrer.

Ou peut-être le Louvre, mais ici encore, impossible de passer sans attendre plusieurs heures.

Par contre, en rentrant après ma petite binouze, je me suis retrouvée face à face avec un panneau indiquant une visite assez curieuse : Les égouts de Paris. Ce n’est pas vraiment un musée, donc c’était fermé depuis un bon moment quand je suis passée dans le coin, mais je me suis promis d’y aller dès que je retournerai là-bas.

Et puis je me suis mise à imaginer comment sont ses fameux égouts. Pour que la visite soit permise, ils doivent être soignés, illuminés, propres, balisés… Et pas comme quand il y a la belle-mère qui vient nous rendre visite, où on balaye tout sous le tapis. Une ville qui vit en grande partie du tourisme se doit d’offrir une belle expérience à ses visiteurs.

Et si ce système était appliqué partout ? Du style « Regarde, je suis tellement fier de ce que j’ai réussi à faire et à avoir, que je te montre même les côtés les plus inattendus de moi. J’en ai pris soin, j’y fais souvent le ménage, et même si ça semble bizarre, je suis fier de mes égouts »

Jouer la transparence est une des stratégies des politiciens et des entreprises qui servent à nous attirer. Mais combien nous laisseraient regarder leur dessous avec indifférence ou même en nous invitant à le faire ?

Et toi ? Me laisserais-tu regarder dans tes poubelles ? Dans l’historique de ton navigateur ? Sous tes tapis ?

jueves, 17 de mayo de 2007

Doble negación


Hace poco hablaba con un amigo japonés que me decía que le resultaba muy difícil entender la doble negación en castellano. No hacer nada, para idiomas más lógicos que el nuestro, es hacer algo. Subir arriba y bajar abajo son obviedades que no tienen mucho sentido. Y “discriminación” y “positiva” son dos términos antagónicos por definición.

El diccionario de la RAE dice que la discriminación positiva es: “f. Protección de carácter extraordinario que se da a un grupo históricamente discriminado, especialmente por razón de sexo, raza, lengua o religión, para lograr su plena integración social.” Pero con acciones como la Ley de Igualdad se obtiene justo el efecto contrario en muchos casos.

Soy una mujer y no quiero llegar a ocupar un puesto en un comité de dirección por lo que tengo o dejo de tener entre las piernas, sino por lo que tengo detrás de las cejas. Quiero llegar muy lejos por ser la más competente, la más capaz, o la que mejor se lo monta en las reuniones, pero no por la letra de género en mi DNI.

Con esta famosa ley siempre quedará la duda de si estoy ahí porque me lo he ganado con mi trabajo o porque “hacía falta una chica, y mira, estabas a mano”. Ley o no ley me tocará trabajar más que a un hombre para demostrar lo que valgo, para demostrar que me lo he ganado, sólo que antes una mujer que llegaba a un puesto directivo era “una fiera” y ahora es sólo “la enchufada de turno”.

Lo único que se ha conseguido es que dudemos de las mujeres, y que dudemos todos (y todas). Que nos preguntemos si esa ministra, esa directora, esa juez, están ahí por ser buenas profesionales o simplemente porque son mujeres.
La Ley de Igualdad discrimina a unos a favor de otras. Es un “ojo por ojo” moderno. Es el resultado de un fracaso en la educación. Puede que a corto plazo más mujeres encuentren trabajo o ascensos, pero a largo la animadversión de sus compañeros y la falta de confianza en las capacidades de las mujeres terminarán volviéndose en su contra.

El día que las madres traten igual a sus hijos que a sus hijas y todos tengan que hacerse la cama en casa, el día que las niñas tengan los mismos derechos a salir tarde que sus hermanos, el día que las madres trabajen todas fuera de casa y las tareas del hogar se repartan de verdad, ese día la discriminación por razones de sexo dejará de ser tan problemática. El día que dejemos de asombrarnos porque sea él el que cuida de la casa y los niños, porque sea él el que aparca su carrera profesional para tener una familia. El día que no importe quién lleva los garbanzos a casa y quién barre el suelo de la cocina…

Para eso todavía falta mucho, estamos en ello, demostrando cada día lo que valemos, no nos hacen falta muletas, ni leyes. Sólo tiempo.
PS: Para Mr P. Más vale tarde que nunca :-)

Paris

Demain soir je serais à Paris.

Bon, peut-être pas à Paris même, mais beaucoup plus près que maintenant. À peine trois petits quarts d’heure en RER. Rien du tout si on considère l’ampleur de la région.

Je vais participer à un tournoi organisé entre écoles de commerce, le MBA tournament. Il y a plus d’une douzaine d’écoles différentes, et plus de deux mille participants. Les sports sont très divers, ça va du foot à la salsa, passant par la pétanque, ou les échecs.

C’est un moment et un lieu privilégié pour y rencontrer des gens d’autres pays, d’autres cultures et pour faire la fête. Et c’est ce qu’on compte y faire. On a déjà une mascotte, une bonne fée qui se baladera en nous prêtant un peu de sa magie, voir si on arrive à gagner quelque chose cette année. Apparemment ce n’était pas brillant l’année dernière.

Je raconterai ici comment ça s’est passé. Il faudra bien tenir une chronique.
En attendant, si quelqu’un sait comment faire marcher joost, j’achète la solution, vous pouvez demander une invitation ce lien. À suivre, ça pourrait bien devenir la concurrence de Google, surtout en ce qui est recherche de vidéos, Wikipedia, blogs... les thumbnails des sites sont sympas à voir et la présentation de la homepage personnalisable lui donne un petit plus par rapport à iGoogle, beaucoup plus complexe. On verra bien.

Bon weekend et à bientôt.









viernes, 11 de mayo de 2007

¿Tienes frío o te alegras de verme?

Cuando alguien te pregunta esto, tienes tres opciones, o ponerte colorado, o esconder a los culpables, o sacar pecho y hacer como que no has entendido la alusión a los dos pezones, duros como garbanzos, que te traicionan a través de la ropa.

Y es que el lenguaje no verbal es traicionero.

Podemos controlar una parte de los gestos que hacemos, si nos concentramos mucho, es como controlar la respiración o el parpadeo, si te fijas en ello, puedes controlar la cadencia. Pero cuando estas distraído o pensando en otras cosas, son movimientos automáticos. Y afortunadamente, porque si no moriríamos asfixiados o se nos caerían los ojos.

Con otros gestos pasa lo mismo, solo que esos no están controlados por el sistema parasimpático (que es el responsable de que respires y te lata el corazón) sino por el subconsciente. ¿Cuántas veces nos hemos sorprendido frotándonos las manos, jugando con un bolígrafo, rascándonos la nariz, o una oreja, o lo que sea, mientras estábamos hablando con otra persona?

Cuando digo que soy tímida muchas veces la gente no se lo cree. Hace años que trabajo seriamente para desarrollar un sucedáneo de desparpajo que da el pego si no se me conoce mucho, pero hay algo que no puedo controlar, y es que me sonrojo con cualquier cosa. Mero eufemismo, porque mi cara se vuelve colorada como una sandía madura, y si la cosa va a más se torna berenjena oscuro.

El día que decidí que nunca copiaría en un examen fue porque me había hecho un resumen de las fórmulas de física que me tenía que aprender y me lo había guardado en un bolsillo. Me acordé en mitad de la prueba y el rubor de mis mejillas fue tal, que me echaron por hacer trampas, yo que lo único que había hecho fue pensar en que tenía algo que podía inducir a error al vigilante del examen… Al final se aclaró todo, pero habría dado cualquier cosa por poder controlar el color de mi piel.

Por eso, quiero aclarar desde aquí que no siempre me pongo colorada por lo que hago, o digo, o me dicen. Muchas veces es por lo que pienso, sobre todo si el interlocutor es un caballero sexy, agradable y simpático. Esto da pie a muchas risas y chistes fáciles, pero lo que me dan ganas de decir es que seguramente también él se pondría colorado si supiera en qué estoy pensando yo.

Crash




Mon ordi a décidé hier qu’il ne voulait plus rien faire. Rien du tout. Et en plus il ne m’a même pas donné le temps de faire un backup de certaines données. J’avais, heureusement, partitionné mon disque dur et gardé tous mes documents, photos et musique à part, mais c’est quand-même énervant de se retrouver à devoir refaire ses favoris sur le navigateur, et tous les mots de passe ou autres.


Quand j’avais déjà formaté et réinstallé mes logiciels, je me suis aperçue que rien n’était perdu, puisque deux jours auparavant j’avais été obligée, pour une histoire de cours et de rapports à rendre, de configurer Netvibes en tant que page de démarrage de mon navigateur. J’y avais mis un onglet “Favoris” et ça m’a permis d’exporter le fichier et le réinstaller chez moi.


Au premier moment je me suis dit vive le net 2.0! Qui me permet de garder mes données online et les récupérer quand j’en ai besoin, puis après j’ai commencé à penser à l’énorme quantité d’infos personnelles qui sont éparpillées ici et là sur le web. Ça fait peur.

Et il y en a de plus en plus. Mon blog, mon webmail, Netvibes, Bloglines, Twitter, pages de networking style Viadeo, messagerie instantanée, et un long etc. de pages hébergées on ne sait pas trop où, qui stockent nos préférences et nos comportements sur le net.

Il y en a qui disent que maintenant nous sommes trop solitaires, que nous passons les heures seuls devant un écran, que nous ne communiquons plus. Mais ce n’est pas vrai. Nous sommes tous interconnectés, notre vie est bien plus publique qu’avant Internet.

En tout cas ça fait peur, lorsqu’on cherche nos noms et prénoms sur Google et qu’on voit des résultats s’afficher, des articles postés il y a des années, des petites annonces sur des forums, ou autres données qu’on croyait enfuies dans la nuit des octets.

C’est pour ça que je préfère poster sous pseudo, que les derniers résultats qu’affiche Google quand on cherche mon nom datent de 2004 et que je préserve comme je peux mon petit bout d’intimité.

Si tu me cherches, tu me trouves. Et ce n’est pas une menace, c’est absolument vrai.


martes, 8 de mayo de 2007

No se contar chistes


Fijo que antes de nacer se reparten las cualidades, defectos, vicios y virtudes de las personas. Son mejorables con el tiempo, claro, con la educación y el aprendizaje, pero para mejorar algo hace falta tener una base. Yo no tengo gracia. Y mira que me ha costado aceptarlo. No tengo gracia ninguna contando chistes.

Y lo he intentado. He sacado un repertorio de los mejores chistes que me se, y todo lo que he cosechado es una palmadita en el hombro, una sonrisita de conmiseración, y un “déjalo, esto no es lo tuyo”

Y no, efectivamente, no es lo mío. Nunca lo ha sido.

Y es difícil aceptar que no podemos hacer algo porque carecemos del todo de las cualidades necesarias. A mí me han vendido que con esfuerzo y trabajo se puede conseguir cualquier cosa. Pero no es verdad. Hay actividades para las que no se tiene por qué poseer cualidades. Nunca seré músico, humorista, bibliotecaria, analista financiero o contable. No tengo lo que hace falta para ninguna de estas cosas.

Los demás tienden a no ser sinceros en este tema. Desde los familiares, que ven con buenos ojos todo lo que hace su retoño y no quieren admitir que Miguelito no tiene oído y se empeñan en apuntarle a piano, hasta los compañeros de clase, de trabajo, de vida, que por no ofender, no se atreven a pedirte que dejes de torturarles con fotos desenfocadas, que eso no es arte.

Es difícil reconocer en qué se es bueno y en qué no. Hace falta conocerse muy bien para detectar los fallos, y hace falta también ser sincero consigo mismo para admitir las virtudes. Estoy convencida de que cada uno podemos destacar en algo. Lo que es muy difícil es encontrar en qué.

Ahora estoy en un momento en que me tengo que preguntar en qué soy realmente buena, qué me gusta, qué se hacer, y a qué me quiero dedicar. Y no es fácil, sobre todo porque me da mucho miedo llegar a la vejez amargada y pensando que debería de haber hecho otra cosa.

Así que mucha meditación, mucha introspección y nada de mentiras.

Me ha dado filosófico hoy…

lunes, 7 de mayo de 2007

Porno 2.0




Ces derniers temps le terme web 2.0 est devenu très populaire pour tous les geeks connectés à ce monde de fous qu’est internet.

Pour ceux qui ne le savent pas déjà, la web 2.0 est constituée par les pages où ce sont les utilisateurs ceux qui créent les contenus, des endroits virtuels où partager, uploader, commenter, er diffuser des idées. Un bon exemple sont les blogs, ou youtube. Web 2.0 englobe aussi toutes les applications qui ne tournent plus sur le disque dur mais sur un serveur, des exemples seraient gmail ou last.fm.

Il y a quelques jours une grande nouvelle a sauté à l’actualité du net. Les pages porno vont bientôt être dépassées en nombre de visites par les pages sociales ou de networking genre myspace, Bebo, ou Facebook.

Dans les années 90, la majorité du contenu internet était pour adultes sous forme de photos qui prenaient des siècles à apparaître sur l’écran. Plus tard vinrent les vidéos, et maintenant nous avons le P2P où la pornographie représente le gros des mouvements de bits à travers le réseau.

Depuis, ces contenus, professionnels pour la plupart, exhibés dans des webs payantes ou pas, mais faits d’hommes aux sexes superlatifs et poupées plastique aux lèvres siliconées, ont laissé la place aux images tournées par tout un chacun dans son propre dortoir. Les images qui défilent sur l’écran sont plus réelles, les physiques sont loin d’être parfaits. Maintenant n’importe qui peut raconter ses plus sombres fantasmes dans un blog, rencontrer des gens aux mêmes goûts dans un réseau de contacts spécialisé, dans un forum ou un chat.

Les contenus pour adultes changent. Et si avant c’était aux grands éditeurs de dicter les modes, maintenant il suffit d’une webcam pour tourner sa propre scène et l’accrocher sur yutuvu.

Porno 2.0 donc, plus nature, plus sain, sans chorégraphies, sans script, avec des boutons aux fesses, des sexes aux dimensions standard, des cris qui sonnent authentiques. Sexe avec des poils sur la poitrine, sexe de monsieur tout le monde.

On dirait que le web a grandi et est en train de vivre son passage à l’âge adulte, où les fantasmes deviennent réalité. Une réalité belle, humaine, et surtout, pas parfaite.

jueves, 3 de mayo de 2007

¿Y si…?

20 de julio de 2127. Playa de Guadalajara.

Hoy se ha reunido mi familia para celebrar mi cumpleaños. No se cumplen 150 años todos los días, y me han organizado una fiesta multitudinaria. Lo bueno es que el ejército de hijos, nueras, hijas, yernos, nietos, bisnietos, tataranietos y demás se encargan de todo. Lo malo es que me han invadido la casa y no se dónde meterlos. Además, no me acuerdo de los nombres ni de la mitad de ellos. Son un desfile de caras similares a la mía a sus edades que me recuerdan lo vieja que me estoy haciendo.

Han venido hasta los de Terranova, que fue el nombre que le dieron a la primera ciudad que se construyó en Marte, cuando la población de la tierra superó los 15 mil millones de habitantes y hubo que salir fuera para meter a tanta gente. Los pioneros no lo tuvieron fácil, pero al final han creado una ciudad la mar de agradable. Tienen hasta árboles de verdad, y no estos ersatzs de plantas de plástico que nos han puesto en nuestras avenidas. Y es que claro, debajo de las cúpulas que nos protegen de las radiaciones solares desde que la capa de ozono decidió tomarse unas vacaciones indefinidas, las plantas de verdad no crecen.

Me han vuelto a invitar a irme para allá, pero soy demasiado mayor para meterme en esas aventuras. Supongo que mis huesos ya no quieren moverse de mi Tierra querida. Además, le tengo cariño a la casita de retiro que me regalaron entre todos en la playa de Guadalajara.

Recuerdo que cuando era joven había que desplazarse muchos kilómetros desde Madrid para llegar al borde del mar. Ahora es Madrid la que se asoma a las orillas del Mediterráneo. La ciudad ha crecido mucho, y el barrio en que vivo se llama Guadalajara, como la ciudad que era antes. Es un barrio costero, muy turístico, y lleno de jubilados, que, como yo, aprovechan el buen tiempo que hace. El nivel del mar no dejó de subir durante los últimos cien años, pero ahora que ya no quedan polos por fundir, parece que seguirá estable una temporada.

Mis nietos me preguntan si no me apetece irme de vacaciones con ellos al desierto de Aranjuez. Han alquilado unos camellos y se van a ir de paseo por las dunas, pero a mi edad no me veo montada en uno de esos bichos. Con lo cómodos que son los earthcrafts sobre campo magnético. Ni una sacudida, ni un bache, ni un nada. Una delicia para mi artrosis.

Bueno, parece que ya traen la tarta. Que como tiene tantas velas parece un pastel de bodas más que uno de cumpleaños. ¡Y qué buena pinta tiene!

Plage

Je me suis toujours demandé pourquoi les humains aimaient aller à la plage. Il faut avouer que c’est un milieu assez inhospitalier. Tout plein de sel, d’eau non potable, de sable qui réussit à s’infiltrer jusqu’aux plus petits recoins des affaires et de l’anatomie de l’imprudent qui s’y aventure.

On s’approche de la plage comme qui va à la guerre. Les pieds dans des sandales en plastique, inventées sans doute par un être retors et sadique, digne héritier de la Sainte Inquisition. Les bras chargés de sacs, de boissons, de serviettes, le parasol, les chaises… Une fois arrivés il faut traverser le sable brulant pour lequel les sandales ne supposent qu’une faible protection.

Il faut aussi bien choisir sa place. Ni trop près ni trop loin de l’eau. Avec des voisins pas trop bruyants, sans enfants si possible puisque leur coutume de creuser le sable à la recherche de trésors cachés risque bien de finir avec l’ensevelissement de notre serviette, de nos pieds, de nos yeux.

Une fois choisi l’endroit idéal pour subir ces quelques heures de torture, il faut planter le parasol dans un sol meuble, et ce n’est vraiment pas facile, ça bouge à la moindre brise, l’ombre tourne avec le temps et il faut la suivre serviette à l’appui, ce qui donne une espèce de danse autour de l’engin. Et c’est là que je me demande, tu n’étais pas venu profiter du soleil ?

Puis on décide de se baigner. Et l’eau elle bouge, en un continuum de vagues qui vont et viennent juste pour nous mouiller à hauteur du ventre, là où ça devient vraiment désagréable. Pour finir d’arranger les choses, c’est plein d’algues, de poissons, de choses qui flottent avec une vague apparence organique. Et tout ça en supposant l’absence de méduses, ces êtres gélatineux qui laisseront leurs signatures sur les corps des baigneurs non avertis en forme d’arabesques urticants.

A la sortie, la douce brise si agréable devient un vent glacé porteur de graines de sable qui colleront à la peau mouillé et deviendront les agents du meilleur des gommages en cas d’essai de séchage à la serviette.

Je me suis sacrifiée pour vous éviter cette horrible expérience. Ne venez pas. Je vous assure que ça ne vaut pas le coup. Et pour que vous soyez conscients de l’ampleur de mon dévouement pour vous tous, cet après-midi j’y retourne.